Victimismo

Hacerse la víctima consiste según el diccionario de la Real Academia Española, en “quejarse excesivamente buscando la compasión de los demás”.

Los especialistas definen que estas personas “no creen tener el control sobre sí mismas ni de lo que sucede a su alrededor” Por eso, se sienten de cierta forma indefensas, esperando que las cosas mejoren sin tomar acción, es decir, el timón de su propia vida.

El victimismo tiene varias ventajas, entre ellas:

- Evitan tomar decisiones (esperan que otros les resuelvan sus problemas)

- Reciben la atención de las personas de su entorno (en forma de preocupación)

- Consiguen algunas cosas (sin poner esfuerzo de su parte)

- Obtienen ayuda de los demás (generando pena o lástima)

- Evade responsabilidades (inventa historias, creando situaciones donde los otros son los responsables)

La dinámica de la víctima es totalmente opuesta a la de la responsabilidad, es decir, la habilidad para responder ante cada situación que se presenta.

Es difícil darse cuenta si uno es el que está en este papel, porque por lo general se da de manera inconsciente.

Cómo percatarnos si estamos jugando un papel de víctima:

- Culpa

Cuando culpas a otras personas o circunstancias de tus emociones o de lo que te pasa.

- No tomar decisiones

Generalmente te relacionas con personas que toman las decisiones por ti y eso te da tranquilidad, porque sientes inseguridad al hacerlo tu.

- Queja

Te quejas de todo y de todos, todo lo ves con una actitud negativa.

- Manipulación

Buscas chantajear o manipular para conseguir lo que quieres y para llamar la atención.

- Exageración

Cuando estas platicando con alguien, tiendes a exagerar las cosas, dejando en claro que lo que te pasó a ti, fue mucho peor o más grande.

- Tener la razón

Sueles caer en todo tipo de astucias, para lograr tener la razón.

Para dejar se hacerte la víctima empieza por:

- Analizarte (intenta ver por qué te has comportado de esa forma)

- Responsabilízate

- Conócete

- Pide ayuda profesional